miércoles, 17 de septiembre de 2008

Dos años sin Julio

El 18 de Septiembre se cumplen dos años sin Julio. Dos años de búsqueda, de reclamo, de lucha, y de esperanza.

Un poco de Historia

Amplios sectores de la sociedad, en conjunto con los organismos de derechos humanos, lucharon durante más de treinta años por la lucha contra la impunidad a los genocidas. Gracias a la voluntad política del gobierno de Néstor Kirhcner, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida fueron anuladas por el Congreso y declaradas inconstitucionales por la Corte Suprema. A partir de ahí, entonces, comenzaron a abrirse los distintos procesos judiciales que permitieron poner, tras las rejas, a algunos de los responsables del genocidio mas cruento que sufrió nuestra patria.









Fue en la ciudad de La Plata donde se llevó adelante el primer juicio oral y público. Y Julio López fue uno de los principales testigos en la causa de ese juicio, que terminó con una condena a cadena perpetua y en cárcel común para Etchecolatz, por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el marco de un genocidio. La desaparición, en democracia, de un sobreviviente que testificó en las causas contra el terrorismo de Estado, como es el de López, marca un punto de inflexión en el proceso de búsqueda de Verdad y Justicia. Durante los últimos dos años se han producidos las desapariciones de Julio López, Luis Gerez y Juan Puthod. Los tres hechos continúan sin ser esclarecidos.

El Silencio. La desaparición de Julio, y el secuestro y amedrentamiento a demás testigos nos llama a los mismos de siempre: patotas de personajes que siguen en las fuerzas de seguridad o están retirados de ellas, con vínculos importantes en las esferas del poder. Personajes que siguen dando vueltas entre nosotros. Personajes que no quieren que se desarrollen los juicios porque no pretender, como nosotros, un país con justicia. No se puede, tampoco, dejar de relacionar estos hechos, con el asesinato del torturador Febres. Un personaje nefasto que, en tiempos de dictadura tenia el rol de ubicar y entregar a los niños apropiados nacidos en cautiverio, y que ahora, hace no mucho tiempo atrás, tenía que declarar en otro de los juicios. ¿Querría decir algo? No lo sabremos nunca. El mensaje para los testigos es claro: no declaren o les va a pasar lo mismo que a López. Lo mismo con los genocidas: ni se les ocurra romper el pacto de silencio y decir todo lo que saben, porque sino les va a pasar lo de Febres. Los mismos de siempre quieren volver a imponer El Silencio.

La lucha sigue. La historia de los pueblos se repite. Opresores y oprimidos vuelven a verse las caras continuamente. Los juicios a los genocidas son una prueba de que se puede, son ellos los que hoy están en el banquillo, y lloran, y gruñen, y moquean. La mejor forma de tener presente a Julio es apoyar los juicios. Estar presentes en ellos. Acompañar a las familias de las victimas y a los sobrevivientes. Continuar pidiendo justicia. Por los 30 mil que no están. Y también por Julio.



Desarrollado por la Secretaría de Prensa y Comunicación de GEN
Generación por la Emancipación Nacional

No hay comentarios: