Jauretche nos convoca

Jauretche nos convoca

Promediando la década infame un pequeño grupo de militantes radicales liderados, entre otros, por Arturo Jauretche, se instalaron en un humilde local de la Avenida de Mayo. Nacía FORJA, y por esos años contradecir a los liberalismos hegemónicos en el pensamiento, la cultura y la política argentinas, era una osadía impensada.
Sin embargo plantaron la semilla de los mejores años por venir, también de una fortaleza irreductible en tiempos de resistencias, y aún de inequívocos luceros que indicaban los caminos errados en épocas de derrotas y retrocesos.
Nos toca hoy, en cambio, vivir días de esperanza y de reconstrucción. Transitando la salida del infierno. Ensayando paso a paso la hechura de un país en serio. Obstáculos no faltan, enemigos tampoco.
Los liberalismos al uso nostro reformatean sus viejas partituras, en versiones bizarramente gorilas, o en envase de republicanismo moralizante, absolutizan lo contingente, magnifican las imperfecciones. Empuñan nuevas y relucientes zonceras.
Por eso, nuevamente nos convoca Arturo Jauretche. Por aquello de que un “clásico” es aquél que –lejos de dar respuestas definitivas y atemporales- siempre nos replantea viejas preguntas sobre los nuevos desafíos que aparecen.
Por la persistencia, y la tozudez –sin importar las circunstancias, ni las zancadillas- de seguir amasando ladrillos para edificar el Movimiento Nacional, siempre inacabado, siempre en transformación.
Porque el reconocimiento de un liderazgo en el campo Nacional no deviene de disquisiciones infinitesimales, ni de cálculos mezquinos. Sino de los rotundos hechos y de la honestidad militante.
Así, Néstor Kirchner mostró con holgura en sus cuatro años de Presidente, que la defensa de los intereses nacionales es una verdadera Política de Estado, en definitiva, lo que siempre debió haber sido la política. Y dejó sobrada evidencia que la justicia social es, nuevamente, bandera que flamea como divisa de un Estado Nacional, que no teme intervenir cuando así lo reclama la realidad. Y si bien el tiempo nunca sobra para el campo popular, Cristina Fernández nos invita a seguir proyectando el futuro por, al menos, cuatro años más.
Jauretche, en fin, nos convoca porque, más que nunca, necesitamos de su irreverencia y su desapego por las ortodoxias. Porque siempre necesitamos tener a mano las claves para avivarnos de las nuevas y viejas zonceras que nos desvían de lo importante.
Porque creemos que la política es un compromiso con lo social, con la organización popular desde y hacia el territorio, y porque toda oportunidad es buena para encontrarnos y resumir en militancia la síntesis de los diversos caminos recorridos. Porque lo importante a veces también es urgente: pensar y debatir el presente y futuro del Movimiento Nacional es tarea ineludible que nos reclama a todos.
Por eso Jauretche nos sigue convocando…
a pensar “en Nacional”, a mirar la realidad sin anteojeras ideológicas, a imaginar la Argentina sin moldes preestablecidos, al compromiso sincero y sin especulaciones; a la Militancia, Nacional y Popular, a la hermosa gesta de la emancipación nacional